Un sistema de biomasa es un conjunto de componentes que hacen posible que un tipo de biomasa (pellet, astilla, cascará de almendra…) llegue a la caldera, se combustione de una manera correcta, segura y con alta eficicencia. Desde la descarga del combustible en la instalación, pasando por su almacenamiento y acabando en la extracción de cenizas de la instalación. Todos y cada uno de los componentes de una instalación son importantes. Por supuesto que la caldera, es el punto central, pero si cualquiera de los otros puntos no funciona, o si no son operativos, el sistema pasa a no ser operativo. Por ello, en Ecotherm Solutions, queremos prestar especial atención a todo el sistema de Biomasa completo.
Ponemos a su disposición 2 gamas de producto, según necesidades de la instalación. Hay instalaciones que requieren un alto nivel de automatización, bajo nivel de mantenimiento y control del resto de la instalación desde un sistema telegestionado. Pero también hay instalaciones que disponen de un sistema de carga propio, y que necesitan un sistema de combustión básico y manual, para poder controlar en todo momento su combustible. Para cada uno de las casos tenemos una alternativa, con múltiples escalones de automatización intermedios.
Se puede emplear cualquier biomasa como combustible, madera (pellet, astillas, serrín, virutas, troncos, residuos industriales…), cascara de frutos (almendra, nuez,…), cáscara de cereales, hueso de aceituna… Ahora bien, cada uno de ellos tiene unas características que obligan a tomar una serie de medidas en el diseño del sistema, selección de caldera, planificación del mantenimiento, vida de la caldera… Se podría hablar mucho sobre las características de cada combustible, pero como ejemplo se pueden plantear las siguientes:
El combustible perfecto es aquel que dispongamos cerca, de calidad y bajo coste. Pero una muy buena opción también es un residuo, gratuito, cercano, pero con mala calidad en cuanto a combustión. El sistema se deberá ajustar a nuestro combustible, puede ser más o menos económico o más o menos complejo. Pero si el combustible es gratuito, o incluso hay que pagar por su eliminación, se convierte en una muy buena solución.
El silo de combustible, sea del tipo que sea, ha de ser cargado. Para ello, dependiendo del combustible, de la cantidad, del espacio y el tiempo disponible, hará falta diseñar un sistema u otro de carga. El más básico es la carga manual, para cantidades pequeñas. Un sistema cómodo y rápido es la descarga por gravedad desde un camión o desde donde se encuentre el combustible. Además existen sistemas forzados de carga, para pellet por ejemplo neumático, para astilla soplado, y en ambos casos con sistemas de arrastre o transporte, por ejemplo tornillos o cintas.
Del mismo modo, el tipo de silo depende del combustible, de la cantidad de combustible a almacenar, y del espacio disponible. El combustible más fácil de almacenar es el pellet. Puede estar almacenado en sacos, en un silo textil, o en un silo de obra. Al contrario que las astilla, que necesita de un silo de obra, de proporciones mayores que el equivalente en pellet. En ambos casos, es posible realizar otro tipo de silos, como por ejemplo silos de chapa, contenedores... Se deberá de tener en cuenta el método de llenado, y los accesos para la carga del silo. Además, el silo deberá estar cercano a la sala de calderas.
El combustible ha de ser llevado desde el silo hasta la caldera. Para ello hacen falta una serie de elementos que nos permitan la recogida del silo y el transporte hasta la caldera. El pellet, tiene un comportamiento muy fluido, por ello bastará con una pendiente en el silo que aproxime el pellet a un tornillo sinfín, que o bien directamente, o bien uniendo varios tornillos, llevará el combustible a la caldera. La astilla necesita un elemento que la arrastre hasta el tornillo de transporte (o cinta de transporte para grandes cantidades). Para ello se puede utilizar un agitador, o en casos de grandes consumos, un suelo móvil. Dependiendo del espacio disponible y del consumo se seleccionará un sistema u otro.
La caldera es el elemento final en cuanto a la producción de calor. Seleccionaremos la caldera en función de la potencia y del combustible con el que vayamos a trabajar. Según el combustible, la cámara de combustión varía y la regulación de la combustión también, por ello es importante tener claro con que combustible se va a trabajar. La práctica totalidad de los modelos pueden trabajar con leña directamente. Además, dependiendo de las necesidades de la instalación, se seleccionarán unos accesorios u otros.
Mediante un equipo ORC, Organic Rankine Cycle, podemos obtener electricidad a partir de un fuente de calor. Esta fuente de calor puede ser una caldera de Biomasa. Como se observa en el esquema, a partir de una agua a 110ºC, obtenemos energía eléctrica y energía térmica (sobrante del proceso de microcogeneración). Esta tecnología es aplicable en las mismas instalaciones que es viable un Sistema de Microcogeneración, pero teniendo en cuenta los requisitos de una instalación de biomasa.